Se conoce como Estilo Internacional a un conjunto de arquitecturas que comparten las características formales más puristas del Movimiento Moderno y, en menor medida, las funcionalistas. El nombre, que triunfó en el mundo anglosajón como sinónimo de Movimiento Moderno y que, como en sí mismo indica, lo consideró un estilo, proviene de una exposición de arquitectura europea y americana Sin embargo, las obras expuestas fueron escogidas por su similitud formal, obviándose conscientemente aquellas que, encuadradas también dentro de las corrientes del Movimiento Moderno, se alejaban más de los cánones elegidos para la exposición.
Se caracterizó, en lo formal, por su énfasis en la ortogonalidad, el empleo de superficies lisas, pulidas, desprovistas de ornamento, con el aspecto visual de ligereza que permitía la construcción en voladizo, por entonces novedoso. También se avino a una homogeneidad de materiales, presididos por el hormigon armado, con el que se crearon amplios espacios interiores con similitudes en varios edificios. Las características no formales ni materiales, como el compromiso con el progreso y el sentido de la serialización como modo de poder mejorar la vivienda de la clase baja, no se consideraron.
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