El deconstructivismo es
un movimiento arquitectónico que nació a finales de la década de 1980. Se
caracteriza por la fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés
por la manipulación de las ideas de la superficie de las estructuras y, en
apariencia, de la geometría no euclidiana (por ejemplo, formas no rectilíneas)
que se emplean para distorsionar y dislocar algunos de los principios
elementales de la arquitectura, como la estructura y la envolvente del
edificio. La apariencia visual final de los edificios de la escuela
deconstructivista se caracteriza por una estimulante impredecibilidad y un
caos controlado. Tiene su base en el movimiento teórico-literario también
llamado deconstrucción. El nombre deriva asimismo del constructivismo ruso que
existió durante la década de 1920, de donde retoma alguna de su inspiración
formal.
Originalmente, algunos de los arquitectos
conocidos como deconstructivistas estaban influidos por las ideas del filósofo
francés Jacques Derrida. Eisenman
mantuvo una relación personal con Derrida, pero de todas formas desarrolló su
aproximación al diseño arquitectónico mucho antes de hacerse deconstructivista.
Según él, el deconstructivismo debe
considerarse una extensión de su interés por el formalismo radical. Algunos
seguidores de la corriente deconstructivista estaban también influidos por la
experimentación formal y los desequilibrios geométricos de los constructivistas
rusos. Hay referencias adicionales en el deconstructivismo a
varios movimientos del siglo XX: la interacción modernismo/postmodernismo,
expresionismo, cubismo y el arte contemporáneo. El intento del deconstructivismo es
liberar a la arquitectura de las reglas modernistas, que sus seguidores juzgan
constrictivas, como «la forma sigue a la función»
El deconstructivismo
incluye ideas de fragmentación, procesos no lineales, procesos de diseño,
geometría no euclidiana, negando polaridades como la estructura y el
recubrimiento. La apariencia visual de los edificios de este estilo se
caracteriza por un caos controlado. Muchos críticos del deconstructivismo ven
esto como un mero ejercicio formal con poco significado social.
El movimiento deconstructivista posee
diversas características comunes, entre ellas podemos encontrar el intento por
liberar la arquitectura de las reglas modernas, o más que eso, de las reglas en
su totalidad; los teóricos creen que no hay un único molde para crear la buena
arquitectura entonces esta no debe ser reglamentada. Otro punto, se oponen al
racionalismo del lenguaje, es que las cosas poseen más de un significado, cada
uno interpreta de su manera. Lo mismo pasa con el concepto de estética, ¿Por
qué lo bonito es lo clásico? ¿O lo moderno?, la concepción de belleza cambia,
la raíz del agrado o del significado viene de diversos lugares, de la cultura,
de la historia, de la política, de lo cotidiano, tornando la sistematización
complicada. Esa nueva teoría arquitectónica viene con el intuito de crear una
revisión de todos los conceptos, que hasta ahora, eran vistos como verdad
absoluta.
El brutalismo es un estilo arquitectónico que surgió
del Movimiento Moderno y que tuvo su auge entre las décadas de 1950 y 1970. En
sus principios estaba inspirado por el trabajo del arquitecto suizo Le
Corbusier (en particular en su edificio) y en Eero Saarinen. El término tiene su origen en el
término francés béton brut u
'hormigón crudo', un término usado por Le Corbusier para describir su elección
de los materiales. El crítico de arquitectura británico Reyner Banham
adaptó el término y lo renombró como «brutalismo»
Los edificios brutalistas
están formados normalmente por geometrías angulares repetitivas, y a menudo
permanecen las texturas de los moldes de madera que se emplearon para dar forma
al material, que normalmente es hormigón. No todos los edificios brutalistas
están hechos de hormigón, el edificio puede también ser brutalista si
tiene una apariencia áspera y se aprecian sus materiales estructurales desde el
exterior. Muchas de las casas construidas por Alison y Peter Smithson
están hechas de ladrillo. Los materiales de construcción brutalistas
también pueden ser ladrillos, cristal, acero, piedra áspera y gavión.
El brutalismo es un estilo arquitectónico que se
asoció con las ideologías de utopías sociales que tendían a promover sus
diseñadores, especialmente Alison y Peter Smithson. La idea del brutalismo,
como bien dice el nombre, es expresar los materiales en bruto. El fracaso de la
formación de comunidades positivas en estructuras brutalistas,
posiblemente debido al proceso de decaimiento urbano que tuvo lugar tras la
Segunda Guerra Mundial, especialmente en el Reino Unido, privó tanto a las
ideologías como al movimiento de popularidad.
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